Tuesday, November 2, 2010

Murcia y Cartagena: Mi primera vista del Mediterráneo


El viaje de cuatro horas de autobús a Murcia no parecía muy largo. Durante todo el tiempo, Devon y yo charlábamos y bromeábamos, llegando a conocernos. Era el primero de muchos viajes en autobús , lo habíamos cogido en la estación de Méndez Álvaro, la Estación Sur de Autobuses de Madrid.

Íbamos a reunirnos con un amigo, se llama Caleb, trabajaba como auxiliar de conversación en Murcia. Cuando lleguamos a la estación en Murcia era medianoche, fuimos recibidas por Caleb. El tenía una copa de vino tinto en la mano, y una chica en cada brazo.

Caminamos hasta su apartamento. Caleb nos sirvió las sobras de su cena. Las dos amigas de Caleb se fueron y nos mostró donde dormiríamos (en su habitación en dos camas). Caleb dormiría en el sofá, ¡que caballeroso!

Al día siguiente, cogimos un bus a Cartagena, a una hora de Murcia. Cartagena es una ciudad muy pequeña situado junto al Mediterráneo. Paseamos por el paseo marítimo del puerto. Aquel día, el sol brillaba y había palmeras a lo largo del paseo. Aunque era otoño, parecía más como el verano. Sentía el suelo de Madera caliente bajo mis sandalias.

Hicimos un picnic con vino y fruta en el campo bajo el sol, respirando el aire del Mediterráneo. Vimos las ruinas de un teatro romano. Fueron descubiertas en 1988 y se piensa que el teatro fue construido en tiempos del Emperador Augustus. El teatro (ahora reconstruido) es uno de los más grandes y ricos de toda la Hispania romana.

En el último día en Murcia, fuimos a una plaza donde se veía La Catedral de Santa María, más conocida como Catedral de Murcia. Jaime I el Conquistador tomó la ciudad de Murcia en 1266 tras sofocar la sublevación islámica. El monarca la consagró a la Virgen María pues tenía por costumbre ofrecer una misa a Nuestra Señora siempre que conquistaba una villa. El edificio de la mezquita fue dedicado al culto cristiano desde ese momento y no fue convertido en Catedral hasta 1291.

Aunque no entramos en la Catedral, aprendimos que en la Capilla Mayor se encuentra la urna sepulcral que contiene el corazón y las entrañas de Alfonso X el Sabio. La mayoría de las catedrales europeas tienen una capilla mayor con los cuerpos enterrados, los huesos, y otros restos de líderes políticos y religiosos. A mí me parece muy extraño y espantoso.

El viaje en autobús de regreso a Madrid fue durante el día. Vimos las sierras donde se concentran una de las mayores biodiversidades botánicas de la península ibérica. Finalmente en Madrid, viajando en el metro, sentí por primera vez que nuestro piso en la Calle de Torija era mi hogar.

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